Familias en proceso de adopción

viernes, 19 de junio de 2015

NIÑOS SIN PADRE, MADRES SIN CONYUGE. ¿QUÉ SUCEDE CON ESTE MODELO DE FAMILIA?



NIÑOS SIN PADRE, MADRES SIN CONYUGE. ¿QUÉ SUCEDE CON ESTE MODELO DE FAMILIA?


“En la antigüedad, el matrimonio estaba estrechamente entrelazado con otra institución clave, el sistema de herencia, tanto de medios de producción como de posiciones sociales. La institución del matrimonio entretejía entonces sexo a priori y género, hogar y familia, procreación y legitimidad, cuidado y manutención de los niños, labores domésticas y herencia. Con respecto a la manutención de los niños, la norma determinaba que los niños fueran cuidados y mantenidos por sus propias y sus propios; la era la que llevaba el feto y paría al bebe recién nacido; el de la criatura como en todos los países realmente civilizados” (Lefaucheur, SF).



En base a lo anterior, los niños nacidos dentro del matrimonio tenían el respaldo social, lega y familiar, mientras que los niños nacidos fuera del matrimonio usualmente tenían una madre pero no un padre, no había un padre que se hiciera cargo de su manutención y de quien tendrían derecho a heredar, por lo que las madres solteras solían tener dificultades psicosociales que muchas ocasiones les dificultaba la vida familiar. Por ende, muchos niños eran abandonados, abortados o explotados laboral y emocionalmente.  



Posteriormente, surgieron métodos para prevenir la fertilidad y para promover el aborto e incluso legalizarlo en algunos países, que influyeron en que se tuvieran que modificar las políticas públicas respecto a lo familiar, ya no sólo desde lo religioso, sino también desde lo legal.

Las autoridades actúan desde el matrimonio, buscando a sus supuestos progenitores y obligándolos, ya sea a casarse con la madre o a cumplir con toda o parte de la obligación de mantener a los hijos que le correspondería como esposo si se hubiera casado.
También se puede cargar toda la responsabilidad de la manutención de los niños sin padre a la madre y/o a los parientes de ésta, especialmente al padre de ella y al padre político del niño, si hubiera-, y hasta a los mismos hijos a partir de cierta edad.

Algunas respuestas incluso liberan a las madres solteras de la responsabilidad de mantener a sus hijos sin padre, transfiriéndolos a familias de crianza o adoptivas, o a instituciones especializadas (como casas para niños abandonados u orfanatos). Estas respuestas implican en general que se tolere, o hasta se obligue, que las madres abandonen a los bebés ilegítimos al nacer, si no optaron por dar a luz en secreto o anónimamente.


Otras, por último, están dirigidas a compensar la ausencia del y a distribuir la carga de manutención de los hijos sin padre entre la madre y ciertas autoridades locales o estatales, o sistemas de seguridad social, ayudando a las madres solteras a mantener a sus hijos a través de beneficios especiales, deducciones fiscales, vales, servicios de guardería, alojamiento en hogares para madres solteras y sus hijos, programas de formación, entre otros, lo cual desafortunadamente genera formas de vida que las mujeres conciben como un trabajo, motivo por el cual, “está de moda” ser madre soltera en algunas comunidades rurales y tener muchos hijos para recibir un fondo económico que es exigido por la familia de origen de muchas jóvenes adolescentes.

Por ende, considero necesario, desde mi punto de vista personal que se establezcan políticas públicas que permitan conocer de fondo las necesidades de estas familias, su funcionalidad y dinámica; y promover orientación y apoyo a mujeres con hijos sobre cómo fomentar la independencia económica, la autonomía, el equilibrio en los roles, cómo fomentar redes de apoyo, cómo promover el bienestar integral de las madres y salvaguardar la seguridad de los hijos y cómo promover el apoyo económico de los padres biológicos de sus hijos con apoyo legal.


Por otro lado, en cuanto al matrimonio, la revolución femenina permitió que las mujeres se tornaran más independientes económicamente, lo cual genera seguridad en ella ya que existe apertura laboral a ambos sexos, motivo por el cual las mujeres que tienen dificultades con su pareja, ya no se sienten obligadas a mantenerse en la relación. Además, el padre supuesto que no se casa con la madre de su hijo, ya sea soltero o esté casado con otra mujer, puede ser registrado (y cada vez más debería serlo) como el padre de ese hijo, lo cual conlleva que aunque no viva con su hijo y ex pareja, puede compartir la patria potestad de su hijo y la obligación de mantenerlos (por lo tanto, aunque sea un progenitor « ausente », sigue siendo integrante de la familia.

Asimismo, ha cambiado el perfil de la madre soltera en la actualidad, la cual en ocasiones siente la necesidad de cuidar a un pequeño aunque no tenga una pareja estable por lo que las mujeres en la actualidad prefieren tener  hijos aunque no se queden con dicha pareja, adoptar o buscar la inseminación artificial.

REFERENCIA.


UNICEF (2003). Nuevas formas de familia perspectivas nacionales e internacionales.  Recuperado el 12 de Junio de 2015 de: http://files.unicef.org/uruguay/spanish/libro_familia.pdf
 

2 comentarios:

  1. Es muy importante que haya comunicación entre los hijos y el padre o la madre que esté presente ya que los pequeños se pueden sentir confundidos o tal vez hasta culpables por la ausencia del otro progenitor.
    También propiciar un ambiente de confianza que fortalezca los lazos entre los miembros de la familia para mejorar la convivencia.

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    1. Agradecemos tu comentario Anais, y te invitamos a revisar nuestra vedeoconferencia.

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